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Una vez más, la Historia ubica a Siria en el camino de un cambio de rumbo para la Civilización mundial. La primera vez, la conversión de Saulo de Tarso al naciente cristianismo en el camino a Damasco, fue el impulso fundamental para la consolidación de la religión monoteísta más importante creando la civilización cristiana-occidental.
Dos milenios después, el sangriento conflicto ya con una duración de siete años, marca un parteaguas del cambio de época en marcha, señalando el fin del Nuevo Orden Mundial establecido por la oligarquía anglo-americana después del fin de la Guerra Fría.
La invasión a Siria ejecutada por mercenarios yihadistas, apoyadas por las principales potencias de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y sus asociados/subordinados del Golfo Pérsico, marca el límite de la capacidad de aquellos grupos oligárquicos de imponer por la vía militar su agenda hegemónica, así como la invasión de la URSS agotó al régimen nazi de Adolf Hitler y aceleró su lanzamiento al refugio de la Historia.
En el momento con la recuperación de Guta y el cerco de los remanentes del Estado Islámico y otros grupos yihadistas al sur de Damasco, el gobierno sirio y sus aliados (Rusia, Irán, Hezbollah y las milicias sirias, iraquíes, afganas y palestinas) no están lejos de recobrar y controlar las dos terceras partes del territorio del país al oeste del río Éufrates.
DESPRECIO POR EL DERECHO INTERNACIONAL
Una notable hazaña, considerando que antes de la intervención rusa, en 2015, el Estado sirio estaba operando en apenas un tercio del territorio y su capital directamente amenazada por las hordas yihadistas.
Sin embargo, el “Nuevo Eje” integrado por EU, Francia y el Reino Unido, no oculta la ambición de mantener una presencia militar en el país y provocar una virtual secesión del territorio al este del Éufrates, bajo el disfraz de apoyar un seudo Estado kurdo, después de un intento semejante en Irak.
El “Nuevo Eje” e Israel han demostrado repetidamente su desprecio por las normas del derecho internacional y por la Carta de las Naciones Unidas, con ocupación militar y ataques sucesivos en Siria.
Puede anticiparse entonces de no prevalecer las cabezas frías -rarezas en Washington, París, Londres y Tel Aviv- que es grande la probabilidad de un embate, cuando Damasco decida retomar aquella región, donde se ubican gran parte de sus reservas petroleras.
